Primera Etapa

Confinados en la isla de Lesbos

Toda la Humanidad éramos Grupo de riesgo, pero la OMS declaró la pandemia el 11 de marzo,

Se enteró tarde,

nos hemos enterado tarde que todos éramos grupo de riesgo,

todos hemos llegado tarde,

a toro pasado,

(las únicas certezas en este coronavirus son a toro pasado, algunos nauseabundos políticos piden certezas al Presidente del Gobierno, y le amenazan con imputarle los muertos si sus decisiones no son tan buenas como esperaba).

A partir de ahí, grupos de riesgo específicos, las personas mayores, los ancianos que viven en residencias, enfermos crónicos; grupos de riesgo indirectos como los niños sin colegios, sin parques, sin calle, encerrados (confinados) horas y horas, días y días en un puñado de metros cuadrados.

¿Son “grupo de riesgo” los refugiados en el Campo de Moria?

Recordamos que Moria es un campo de refugiados en la Isla de Lesbos, territorio griego y, por lo tanto, territorio de la Unión Europea.

Allí habitan ahora mismo, malviven, 20.000 refugiados en un espacio previsto para 3.000.

Están allí como si estuvieran en ningún sitio: están olvidados para ese Mundo que está en grupo de riesgo global.

No pueden escapar, rodeados por el agua del mar, y, después por tierra muy cercana, la turca, y muy cercana también la europea continental.

Viven en tiendas de campaña contiguas, pero no se trata de un pueblo, ni de una ciudad: viven en un lugar de paso, que pronto se convirtió en un lugar de estar de duración indeterminada.

¿Qué habrá cambiado en la vida de quienes viven en el campo de refugiados de Moria desde que ha llegado el coronavirus a Europa?

¿Nos estaremos anticipando los europeos, ahora que ya sabemos cosas acerca de la gravedad y comportamiento de este virus, para tener test disponibles, mejorar la distancia entre tiendas, crear campos laterales para desconcentrar, añadir baños, tomas de agua, jabón para las manos, detergentes en general? ¿Estamos pensando en evacuarlos a espacios más seguros y protegibles? ¿Quién retira la basura que crean 20.000 personas?

¿Habrá mascarillas para ellos?  

Sus habitantes llegaron allí huyendo de una guerra,

pero no consiguieron llegar a ninguna parte, porque Europa los detuvo allí, y allí los ha sorprendido la pandemia del COVID-19.

No son noticia en Europa.

Tampoco en España.

Hervideros de periodistas se mueven en torno a los asuntos graves de la pandemia que nos afecta a nosotros,

incluso ante aspectos de menor tamaño,

incluidas las polémicas estériles creadas artificialmente por puros intereses de partido o de mera sobrevivencia profesional de los periodistas.

Abundancia de información, incluidas las falsas.

En cambio, los inmigrantes confinados en campos de refugio están ausentes en la prensa que leemos todos los días desde nuestro confinamiento de lujo. Todos nuestros refugios son de lujo en comparación con las tiendas del Campo de Refugiados de Moria.

Están ausentes de nuestra prensa, radio y televisión pese a que los que ya estaban confinados en los campos de refugiados no pueden estar confinados de la pandemia, muy al contrario, su confinamiento los deja a la intemperie del coronavirus.

Alguien ha decidido que no sean noticia.

Alguien ha decidido que esta información puede esperar.

Alabamos, bendecimos, proclamamos la solidaridad de los españoles con otros españoles, sean enfermos o cuidadores. En ello estamos. No hay una sola pancarta en los balcones de España a las 20.00 de la tarde en solidaridad con los confinados en los campos de refugiados griegos que no pueden aislarse de la pandemia.

No hemos elegido la solidaridad con “los otros”, sino con “lo nuestro”.

Tampoco la dignidad de cualquier ser humano.

No nos creemos que “no hay seres humanos ilegales”: la pandemia es global; la ética, no;

Además de clases sociales, hay dos planetas distintos: donde viven quienes son confinables y aquel otro donde viven los inconfinables (más de la mitad de la humanidad): Moria, otros campos de refugiados, todos los apátridas que hay en el mundo (¡!cuando más necesario es el Estado!!), todos los olvidados del planeta.

Los partidos políticos no han aprendido todavía a hacer política desde la globalización de la justicia, ni a hacer frente al miedo de los votantes a la inmigración.

Como decía recientemente el filósofo nonagenario (a dos años de centenario) Edgar Morin:

“vivimos en un mercado planetario que no ha sabido suscitar fraternidad”.

Pascual García Mora

Artículo escrito por Pascual García Mora, compartiendo pensamientos y reflexiones desde Scholé.