29 de septiembre, viernes
El silencio de la escritura.-
Tiene 96 años y él mismo dice con resignación y alivio que no le queda futuro, y, efectivamente, apenas oigo de él, no lo veo en primera fila de las librerías, ni lo escucho a través de las importantes voces que transitan por la SER, tampoco le leo entrevistas suyas que publiquen los periódicos…
¡Pero sé que está vivo!
Hay personas que con solo saber que están vivas
ya alivian y consuelan a quienes sabemos de él a través de sus libros y de la propia imagen en los muchos actos públicos en los que le hemos visto.
Están sus libros, y estarán cuando se vaya, él que los amaba tanto.
Están sus libros con la representación despierta y constante de lo que es, y recordándonos su compromiso vital con la educación y la cultura.
Deseo que sus libros nos sigan hablando, ahora y después, y que esta sociedad en la que vivimos los siga valorando y considerándolos muy importantes como fuente de paideia social.
Como me habla a mí en estos días el libro de Emilio Lledó “El silencio de la escritura”.
30 de septiembre, sábado
Los libros de Virginia Woolf.-
Solo he estado dos veces en Londres y en visitas de muy corta duración.
La primera tuvo mucho que ver con la lectura de “Una habitación propia” que había escrito una mujer, Virginia Woolf, que me pareció tan poderosa, con tantas implicaciones culturales y políticas, con un título tan sugestivo, tan sugerente, tan…reivindicativo. A partir del libro, quise conocer 3 de su biografía, y de ahí pasé a enterarme de la tertulia que fue el llamado grupo de Bloomsbury, y quise conocer esa parte céntrica de Londres alrededor de Bloomsbury Square, tan cercana al Museo Británico.
Era una mujer, que se abrió paso brillantemente dentro de la literatura que los varones monopolizaban.
¿Literatura femenina?
¿Es literatura “femenina” las obras de Virginia Woolf?
¿La poesía de Emily Dickinson?
¿Los ensayos de Hannah Arendt?
¿Los escritos de Simone de Beauvoir?
No me entretengo ni un minuto en esta cuestión. Solo diré que cuando las leo no se me ocurre hacerme esta pregunta, solo pienso en que estoy eligiendo una literatura de primera magnitud que escribieron mujeres, no se me ocurre investirme de lógicas femeninas para relacionarme y aprender de lo que ellas aportaron.
26 de septiembre, domingo
A vivir que son dos días.-
Me resulta semanalmente simpático escuchar el alegre arranque del programa radiofónico que dirige Javier del Pino,
que me funciona tanto como conclusión práctica después de haber considerado la efímera y casual realidad del ser humano sobre la tierra,
como de estímulo para vivir con alegría la vida de la que disponemos, tan breve como la define de manera inmejorable el título del programa radiofónico.
“A vivir que son dos días”,
despacio, precisamente por eso;
con sosiego, aceptando nuestra real y esencial contingencia;
evitando sobre todo los tumultos interiores,
manteniendo distancia de los deseos insaciables que son el alimento de los conflictos;
con humor y con “naturalidad”, buscando paces en el pequeño y asequible espacio de la convivencia y de la amistad.
27 de septiembre, lunes
Último día laborable.-
Manejando estanterías…encontré la Agenda del INSS correspondiente a 2008.
La abrí por donde señalaba el guarda páginas:
marcaba febrero, 29,
y una anotación a bolígrafo con este texto: ” “el último día laboral de 38 años de días laborales.
A las 19 de la tarde”.
Dudé un instante sobre qué hacer, pero la dejé donde estaba.
Nadie abrirá la Agenda,
pero, si alguien la abriese,
nadie leería la emoción contenida en ese apunte.
Que siga donde está hasta que, en su caso, tropiece con ella en otra casualidad.