24 de noviembre, viernes
Ministerio de Igualdad.-
En la actualidad, cuando escuchamos la palabra “identidad” seguramente se está refiriendo a la identidad de una cosa frente a otra, es decir, a una diferencia, y, menos veces, a lo igual.
En español tenemos una expresión maravillosa que caracteriza a los seres humanos como a “nuestros semejantes”,
porque lo somos, tanto, que bien pudiéramos decir que “la identidad” es la categoría que mejor nos define como naturaleza humana, aquella que nos hace “género humano”: somos lo que somos por lo mismo que somos, no por los diferentes que somos.
En cambio, es la diferencia entre unos y otros la categoría que se impone en la actualidad,
la de amigos/enemigos,
los mejores/los peores,
los ricos/los pobres,
los blancos/los negros,
y, todavía, la de hombres/mujeres,
más tantas y tantas que configuran la vida cotidiana,
entre ellas las distintas banderas impulsadas por el viendo de la diferencia.
Diría que ambas categorías se necesitan.
Pero…las diferencias,
o las llamadas “identidades”,
no pueden alimentarse a costa de la identidad común, ni pueden surgir olvidando o al margen de lo propio de todos, de lo que nos hace iguales, muy expresable en un repertorio de valores que nos homogeneizan y dan coherencia a la vida humana, a todos los seres humanos.
De ahí que me llena de gusto ver que, en el organigrama del Gobierno, uno de los ministerios se denomine “Ministerio de Igualdad”,
que puede sonar a despiste o a modernez,
pero que a mí me parece el más importante, el más transversal de los 22 Departamentos Ministeriales que componen el actual Gobierno de España que acaba de tomar posesión, el más fértil entre los que pueden componer un Gobierno.
25 de noviembre, sábado
Ministerio de Cultura.-
Ernest Urtasun está al frente del Ministerio de Cultura, esperando que no esté de paso, pues parece que es (y ha sido), desde que lo hay, un ministerio menor.
No me gustaría que siguiese este rumbo, porque los seres humanos solo podemos completarnos colectivamente a través de “la cultura”,
que es la capacidad de hablar, de hablarnos,
de na-rrar-nos,
lo que nos eleva sobre “seres de la naturaleza” y nos convierte en seres transformables.
La palabra “cultura” nos trae a los espacios de la paz, de la justicia, de la identidad, de la belleza, del amor, de los libros, de las culturas, de las artes, de la solidaridad incluida con los animales y con la naturaleza…, y es la mejor defensa contra la barbarie.
Espacios estos todos que tienen mucho que ver con la política, porque el dinero privado (con permiso de Milei y compañía) no trabaja suficientemente estos espacios ni lo hacen con la intensidad necesaria e igual para proteger educación y aprendizaje dentro y fuera de la escuela, y cuidar a cuantos se dedican a hacer posible la cultura en cualquiera de sus realizaciones.
26 de noviembre, domingo
Una rosa feroz.-
Si nunca has visto a una rosa feroz…, es que siempre has mirado igual a las rosas.