Textos Casuales

Espiritualidad

Superada la distinción alma-cuerpo, podemos empezar chequeando el uso que hacemos de las palabras “espíritu”, “espiritualidad”:

  • “Hay algo más profundo en el espíritu humano” (un amigo en estos días)
  • “El drama de la carne y del espíritu sigue siendo tan acuciante para los griegos de la época de Homero como para nosotros” (Emilio, en el Blog)
  • “Espíritu de rebeldía” (referido a Andrea Muro, en el Shooping, abril 2021)
  • “La búsqueda espiritual de nuestro tiempo” (Pablo d’Ors, El País de 2 de abril 2021, titular de la página de opinión)

¿Qué son el espíritu y la espiritualidad?

Confieso que me siento muy poco capaz de dar respuesta con una definición, pero me parece que no perdemos el tiempo intentando algunas sugerencias acerca de ello.

Partiré de lo que somos los seres humanos: Cuerpo y mente.

Hoy nos parece obvio que Descartes se equivocó con su “cogito, ergo sum”; las personas no somos, solo, seres cogitantes (que piensan), sino seres que piensan y sienten, de manera que no podríamos entender una espiritualidad que no atravesase el cuerpo

(materialismos e idealismos son opciones intelectuales parciales, reductoras ambas de lo humano por su unilateralidad).

 Somos síntesis de entendimiento y de sensación: las dos cosas: sensación, también: siento que siento, siento que vivo: el inicio del YO, la experiencia más común:

“Pero yo sé que lo que siento, lo siento yo”, Pessoa, El libro del desasosiego.

Hablar con precisión de “vida espiritual” resulta rayano en lo imposible, pues, aunque acojo, aprecio y valoro la palabra espiritualidad, el espíritu como “algo” no es encontrable por ahora en lo que somos, al menos desde nuestros puntos de vista occidentales que tan poco han contribuido a formarnos, también, en los puntos de vista orientales.

En cambio, hablar de cultivar lo que somos me parece plausible y una forma laica y univesalizable de hablar de espíritu y de espiritualidad, como:

  • Cultivo del cuerpo y de la mente
  • Cultivo de lo que somos y de lo que podemos ser, de lo que abarcamos y lo que nos supera
  • Cultivo de ejercer de nosotros mismos, 

desde el nacimiento puramente casual 

(que podemos convertir en hallazgo)

hasta la muerte puramente cierta

(que podemos experimentar a la manera socrática, con silencio sereno y ritual),

casualidad y certeza que apuntan sombras sobre la legitimidad de la propia existencia, pues del “estar aquí” ni somos el fundamento, ni la causa, ni la razón,

lo que hace que la vida curse muy cerca de una herida que me atrevo a llamar casi infinita,

casi infinita es la vibración de esa herida genuina,

vibración que quizá se aproxime a lo que quiera decir “espiritualidad”, como vivencia de nuestra esencial finitud y contingencia, del misterio que también somos

(la obsesión por la plena transparencia es una patología  de nuestro tiempo). 

Hablar de espíritu y de espiritualidad a partir de lo que somos desde la racionalidad:

Somos “sí mismos” y “alteridad”,

habitantes de la soledad y de la multitud,

estrechamente relacionados entre personas y con el medio (con la covid quiero suponer que estamos aprendiendo que nos salvan las relaciones),

interdependientes,

lo que hace imprescindible la solidaridad que, oh, la estamos haciendo imposible, con el exacerbado nacionalismo vacunal que no provoca, ay, ay, ay, ningún sarpullido en la piel.

Interdependientes:

  • entre lo visible y lo invisible, irreductibles a hechos y datos, pese a la extrema tensión para reducirnos,
  • entre hacia nuestros exteriores y hacia nuestro interior,
  • entre la piel (superficiales y extrovertidos) y la consciencia (íntimos y profundos),
  • entre cuerpo y mente, en su asombrosa y, en gran parte, todavía desconocida relación.

En fin,

sigo sin ser capaz de definir lo que pueda ser la “espiritualidad”, pero me temo que voy a seguir preguntándolo, y seguiré aprendiendo a: estar callado, escuchar, y, sobre todo…

quiero seguir aprendiendo a respirar, como si la vida estuviera en el aire.

Pascual García Mora

Artículo escrito por Pascual García Mora, compartiendo pensamientos y reflexiones desde Scholé.