27 de diciembre, viernes
Calipso y Odiseo.-
Tras hablar así, echó a andar ágilmente la divina entre las diosas, y Odiseo, al punto, caminaba tras los pasos de Calipso.
Llegaron a la cóncava cueva la diosa y el humano.
Allí él se colocó en el asiento del que se había levantado Hermes, y la ninfa dispuso a su alcance todo tipo de comida para que comiera y bebiera lo que comen y beben los mortales.
Ella se sentó en frente del divino Odiseo, y para ella trajeron las sirvientas ambrosía y néctar.
Tendieron ambos sus manos sobre los manjares preparados extendidos delante. Luego, una vez que se hubieron saciado de comida y bebida, comenzó la charla Calipso, la divina entre las diosas:
“Hijo de Laertes, de divino linaje, Odiseo, fecundo en ardides, ¿conque, ya, ahora, enseguida, quieres marcharte a tu querida tierra patria?
Marcha, pues, pese a todo, en buena hora.
Mas si supieras cuánta tristeza te deparará el destino antes de regresar a tu patria…,
te quedarías aquí,
conmigo,
aunque estés, de veras, deseoso de ver a tu esposa, de la que padeces soledad todos los días.
Yo, en verdad, me jacto de no ser inferior a ella ni en el porte ni en el físico, porque de ningún modo es normal que los mortales rivalicen en figura ni belleza con los mortales”.
Contestándole a ella le dijo el muy astuto Odiseo:
“Diosa soberana, no te enfurezcas conmigo por eso, que sé muy bien cuán inferior te es la discreta Penélope en belleza y en prestancia, siendo ella mortal y tú inmortal y exenta de vejez.
Pero aun así,
quiero y anhelo todos los días llegar a mi casa y conocer el día de mi regreso.
Y, si alguno de los dioses me quisiera aniquilar de nuevo en el mar, rojo como el vino, lo soportaré con el ánimo que llena mi pecho y que tan paciente es para los dolores, pues ha padecido muchos, antes, en medio de las olas y de la guerra.
Que ahora se añada éste a aquéllos”.
Casi tres mil años que la Odisea sigue encantando a los humanos.
Yo elijo este pasaje del Canto V para esta transición entre 2022 y 2023, porque es quizá el que más veces he leído, porque es mi pasaje preferido.
Y dentro de este pasaje…
elijo el “pero aun así”,
palabras insustanciales, que no son ni sustantivos, ni verbos, ni adjetivos,
palabras menores, podríamos decir,
que encierran el nacimiento de la moral y de la ética en nuestra cultura occidental, cultura ésta que pretende demasiadas veces querer cancelar la moral y la ética, porque, casi sin darnos cuenta, dejamos pasar estas palabras por nuestra mente sin preocuparnos de lo que quieren decir y a lo que nos comprometen, y hasta a no importarnos nada lo que puedan significar, haciendo el caldo gordo a medios de comunicación que nos quieren hacer creer que las palabras significan unas cosas cuando dicen otras o, alternativamente, quieren que no se hable de ellas.