Dietario Desde Mi Jardin

Dietario desde mi jardín - Peonía

5 de mayo, viernes

Datos y Vivencias.-

Es hoy.

Son las 11 de la mañana.

Ya de regreso en casa. Y éste ha sido mi recorrido.

Primera parada en la Farmacia, recién abierta, son las nueve. Me atiende Matilde; pero Isabel, su compañera, que está en interiores, me saluda con un “!pascual…!” para que yo sepa que lo sabe…(seguro que la ortografía es cosa mía).

Después hago una pausa en el Quiosko, que está muy al lado:

Buenos días, Julián, ¿cómo está El País?

El país está hecho polvo, me contesta.

Lo hace sin pena, con socarronería, pues el intercambio tiene mucho de rutina de salutación y de agrado cotidiano.

Muy cerca del Kiosko, en la esquina de Bancaixa, sentado en “su” taburete, está Bepo, el Búlgaro, siempre elegante,  con su sombrero de paja, carrito al lado como si de su casa se tratara, y su vaso de cartón en la mano con dirección a la mucha gente que por allí pasa. Yo llego a su posición todos los días, porque lo tengo a sueldo, y porque agradezco su fugaz compañía, que “me sirve” de baño de realidad.

Sigo por la izquierda de la calle de San Vicente hacia la Plaza de San Agustín, y a la altura de la cafetería “Nueva York” ocupo un banco municipal buscando abrir el periódico, me acompaño del papel, que me aleja de tanta saturación de tecnología.

A dos pasos del Banco municipal, hay (¡todavía!) un buzón de Correos, que yo aprovecho para echar una carta que me encarga Pilar, pues ella escribe cartas, con bolígrafo, que mete en un sobre, y que franquea con esas estampitas ya tan en desuso…

Paso a la acera de la derecha para entrar en Mercadona, donde quiero comprar tres cosas, que a la salida se han convertido en seis. No me sucede nada adicional, pero suceden cosas otras veces.

Ya en camino de vuelta, entro en el Mercado del barrio, eso que llamamos “mercado de proximidad”, cada vez más pequeño (puesto que queda vacante, puesto que no se repone). A veces, como hoy, compro un panecillo minúsculo y me lo rellenan de bonito y de queso fresco. Y así, con el bocata diáfano y explícito, termino mi compra de verduras y de frutas.

El carrito va hasta arriba, pero no pesa, se desliza, regreso despacio, viendo lo que pasa y a los que pasan…, por ejemplo, otros compradores y compradoras que se ayudan del camino para caminar de manera segura: siguen predominando las mujeres.

Son cosas de la vida. Para unos podrán ser, solo, “datos”, la mar de valiosos para formulación de estadísticas y algoritmos; para otros son, simplemente, vivencias.

6 de mayo, sábado

Dependencias.-

Las “dependencias” tienen muy mala prensa, aunque estén muy generalizadas.

Se la tienen ganada.

Pero…es inútil: no somos independientes, ni podemos llegar a serlo, pues es imposible superar el estado de dependencia del ser humano:

no podemos existir solos.

Por eso, reivindico, y celebro,  las “dependencias” saludables;

las disfruto,

y quiero ser agradecido, y no me importa hacerlas explícitas: me honro de “depender”.

Ya sé, sabemos, que el precio es la vulnerabilidad; por ello, hay que cultivar la astucia para descubrir las dependencias tóxicas: ¡!hay tantas!!

7 de mayo, domingo

El Imperio de las Pantallas.-

En la playa de la Malvarrosa toma el sol una pareja, que sobresale porque ocupan una misma toalla. Los dos se dedican a lo mismo, miran con desmesura sonriente una pequeña pantalla,

cada uno la suya,

embelesados,

lo que me hace pensar que están entregados al envío de mensajes amorosos.

Me froto los ojos, sí, es lo que veo y es lo que parece que hacen: el instrumento los ha instrumentalizado. Viven permanentemente ocupados y atareados y no les queda tiempo para el amor.

Sigo paseando con los pies descalzos por la orilla de las aguas, y me viene a la cabeza, de nuevo, la “primavera sagrada”, “ver sacrum”, en riguroso latín, como si quisiera echar mano de un recurso milenario para desacralizar y desarmar a las tecnologías.

8 de mayo, lunes

Peonías.-

Las veo aquí. Esponjosas, fragantes, pasan la noche aspirando agua como si ese fuese su respirar, como su condición de posibilidad para seguir exhalando aromas en cada amanecer.

Pascual García Mora

Artículo escrito por Pascual García Mora, compartiendo pensamientos y reflexiones desde Scholé.