La democracia representativa se encuentra en medio de una gran crisis que pone de manifiesto un “cambio profundo y de consecuencias importantes”.
Crisis, sobre todo, de lo que llamamos democracia liberal, no de la democracia; crisis de los políticos, no de la política.
El principal indicador de esta crisis es el desencuentro, ya cronificado, entre quienes gobiernan y quienes son gobernados: la democracia representativa ya no nos representa.
¡!Qué fuerte!!
La expresión social “no nos representan” es el grito de alerta más agudo y desesperado a nuestro sistema político de convivencia, pues si los ciudadanos dicen que los políticos votados no nos representan, no podremos seguir llamando a eso “democracia representativa”. La escenificación más sobresaliente de este grito fue el 15-M: años después…todavía no hemos digerido lo que significó esta fecha y el proceso del que ella se ha convertido en símbolo. El funcionamiento de los partidos políticos y el funcionamiento de los parlamentos nacionales no están hundidos, pero sí severamente tocados, en situación crítica.
Crisis de la democracia representativa en el contexto de otras crisis, todas ellas graves y de gran tamaño;
crisis de relación entre clase política y ciudadanos;
crisis entre las burocracias partidarias y sus afiliados y simpatizantes
crisis en España, en Europa, en Estados Unidos y en otros países democráticos del resto del mundo.
Pero…
¡!necesitamos de la política!!
La necesitamos porque somos sociables y egoístas a la vez: esta es la sola y única razón.
Porque ni podemos prescindir de los demás ni queremos renunciar a la satisfacción de nuestros propios deseos.
Porque es vital resolver los conflictos de intereses sin violencia, en paz.
O hacemos política… o nos la harán. Otra política es posible. Y es necesaria.
Si no conocemos lo que pasa, si no somos críticos y autocríticos con lo que pasa y con nuestros propios pensamientos y sentimientos,
no podremos contribuir a transformar lo que pasa ni lo que nos pasa.
Por esto estamos aquí.
Estamos aquí para producir conocimiento con aspiraciones de lucidez.
“Aquí” es Skolé, que es… lo que habéis leído que quiere ser en la presentación de este blog, “una especie de comunidad de investigación filosófico virtual” sobre lo que entendemos por gestión de la “res pública”.
Mi cordial saludo a quienes llegáis aquí.
Pascual.